Noticia de prensa leída aquí (si hoy tuviese que hacerme un análisis de sangre, ardería Troya)
"Imaginemos... (resumen y traducción del articulo de opinión de El Periòdic d'Andorra, por Bru Noya -periodista- hoy lunes 27 de febrero de 2012, original aquí ).
Los resultados de un análisis de sangre se pueden alterar cuando sabes que peligra tu pensión de jubilación.
Hoy toca análisis de sangre para comprobar si los leucocitos y las plaquetas continúan en caída libre, como la tasa de natalidad en Andorra. En la sala de espera hay más gente sentada. En unas mesas hay revistas del corazón. También hay un diario que más bien parece un campo de minas anti persona, hay una incautación de tabaco de alguien que circulaba con la fábrica de cigarros en el coche para Andorra la Vella sin tener la correspondiente licencia, otro que se dedicaba a cazar con trampas de cepo en Encamp, una reclamación por una descalificación en una carrera de coches, y una desaparición de varias huchas con donativos para Laika [protectora de animales] que estaban depositadas en tiendas. La noticia más destacada, sin embargo, es que el presidente del consejo de administración de la Caja Andorrana de la Seguridad Social anuncia que los que ahora tenemos 50 años no cobraremos pensiones si no se hacen algunas modificaciones. Siento que me empieza a hervir la sangre, y me temo que en vez de enviarla al laboratorio deberá ser utilizada, mezclada con pan, para hacer morcilla negra. Afortunadamente, antes de que la sangre llegue al grado de ebullición y el plasma se condense, me llaman para que pase a la sala de consultas.
Ofrezco la cara interna del brazo a la enfermera que la estrangula con una goma a la altura del bíceps para que se manifieste la vena, al igual que un espíritu. Entra la aguja rompiendo la barrera de la piel que, según informa la enfermera, es muy dura, característica que hasta ese momento creía que sólo era aplicable a mi cara. Superada la piel, la aguja penetra en el vaso del que extrae unos centímetros de plasma. Mientras, pienso en el ruido de la hojarasca bajo los zapatos llenos de billetes de 500 euros que alguien intentó evadir por la aduana española. Salgo con 135 euros menos, el mínimo de supervivencia de sangre, y con la sensación de que algo ha marchado de mi cuerpo sin cerrar las ventanas antes de huir. Como una vivienda deshabitada, pero con la televisión encendida y un grifo del fregadero goteando."
Tal y como yo lo veo, es como si un mecánico me dijera "págame la reparación del coche, pero que sepas que no te lo voy a reparar". Obligan a cotizar cada mes a una seguridad social que recomienda pagar un seguro privado porque no están garantizadas las pensiones. Manda huevos, que diría aquel.